Rabí Shimon bar Yojai, más conocido por sus siglas Rashbi, es una de las figuras más reverenciadas y místicas en la historia del judaísmo. Vivió en el siglo II en la Tierra de Israel, en tiempos de la ocupación romana, y su vida y enseñanzas han dejado un impacto duradero tanto en la ley rabínica como en la tradición esotérica. Considerado un discípulo destacado de Rabí Akiva, Rashbi fue una figura clave en la consolidación de la Torá Shebe’al Peh (Ley Oral), pero su legado más conocido es su papel como uno de los fundadores del pensamiento kabbalístico, siendo el autor del Zohar, la obra central de la Kabbalah.
Rabí Shimon nació en Galilea, en una época marcada por la represión romana tras la destrucción del Segundo Templo en el año 70 d.C. A pesar de las difíciles circunstancias políticas, creció en una familia profundamente comprometida con el estudio de la Torá y pronto se convirtió en uno de los discípulos más cercanos de Rabí Akiva, el más grande sabio de su tiempo. Bajo la tutela de Rabí Akiva, Rashbi absorbió una vasta cantidad de conocimientos sobre la Ley Oral y fue profundamente influenciado por las enseñanzas de su maestro, especialmente en su enfoque minucioso de la interpretación de la Torá.
Sin embargo, Rabí Shimon pronto se destacó no solo por su dominio de la Ley Oral, sino también por su inclinación hacia la mística. Tenía una profunda conexión con los aspectos ocultos y espirituales de la Torá, lo que lo llevaría más tarde a convertirse en la figura central del misticismo judío.
Rashbi no solo fue un erudito, sino también un valiente que no dudó en criticar abiertamente la opresión romana. Se dice que, en una ocasión, habló en contra del gobierno romano en público, condenando sus obras y políticas. Esta crítica lo puso en la mira de las autoridades romanas, que emitieron una orden de captura contra él. Para escapar de la persecución, Rabí Shimon y su hijo, Rabí Elazar, se ocultaron en una cueva durante 13 años.
La historia de su exilio en la cueva se convirtió en una leyenda. La tradición relata que D’s realizó un milagro para ellos, haciendo que un algarrobo y un manantial surgieran cerca de la cueva para proporcionarles alimento y agua. Durante este tiempo de aislamiento, Rashbi y su hijo se dedicaron completamente al estudio profundo de la Torá y al misticismo. Fue en este periodo de intensa meditación que Shimon alcanzó un nivel espiritual elevado, recibiendo revelaciones divinas que formarían la base de la Kabbalah.
Tras esos 13 años de retiro, un ángel les informó que podían salir de la cueva, ya que el decreto romano contra ellos había sido derogado. Sin embargo, la leyenda cuenta que al regresar al mundo exterior, Rashbi y su hijo encontraron difícil adaptarse, ya que su intensa espiritualidad les hacía difícil comprender las preocupaciones mundanas de las personas comunes. Se dice que todo lo que veían se consumía por su ardiente santidad hasta que, tras un mensaje celestial, aprendieron a moderar su enfoque.
Aunque no escribió ninguna obra por sí mismo, a Rabí Shimon se le atribuye la autoría del Zohar, el texto más importante de la Kabbalah y la mística judía. Aunque fue compilado y publicado varios siglos después de su muerte, se lo asocia con las enseñanzas transmitidas oralmente a sus discípulos, especialmente a su hijo y a su estudiante más cercano, Rabí Abba.
A través de sus enseñanzas, Rashbi no solo buscaba descifrar los misterios del universo, sino también mostrar cómo el ser humano puede participar en la unificación de lo divino y lo material.
Rabí Shimon vivió el resto de sus días en la ciudad de Merón, en Galilea, donde continuó enseñando tanto la Ley Oral como los secretos místicos de la Torá a un selecto grupo de discípulos. Su influencia fue tan grande que su nombre sigue siendo sinónimo de la sabiduría esotérica más profunda en la tradición.
El final de su vida está rodeado de un halo de santidad. Según la tradición, Rabí Shimon falleció el 18 de Iyar. En el lecho de muerte, rodeado por sus alumnos, les reveló los secretos más profundos de la Kabbalah, dejándoles una última enseñanza de unidad y luz. Este día, Lag BaOmer, se celebra cada año en su honor, y miles de personas peregrinan a su tumba para conmemorar su hilulá (aniversario de su muerte), en una celebración de su vida y su legado.
Rabí Shimon no solo fue un sabio en la Ley, sino también un místico que transformó para siempre la espiritualidad judía. Su vida y sus enseñanzas, tanto en la Halajá como en la Kabbalah, continúan influyendo en la práctica religiosa y el pensamiento espiritual judío hasta el día de hoy, ofreciendo a cada generación una guía hacia los misterios de la creación y la conexión con lo divino.