El alma es la esencial de ser. Es la fuente vital. Se encuentra alojada en el corazón. Muchos suelen confundirla con el espíritu, pues éste se aloja en la mente y por ello a la confusión, ya que todo el mundo cree que el alma razona y no es así. El alma siente, el espíritu piensa. Son dos cosas diferentes, pero el espíritu es una parte del alma y vamos a ver por qué.
El alma se compone de 5 partes. 3 de ellas están alojadas dentro nuestro y 2 por encima. Las tres partes que se alojan en nuestro ser son:

• NESHAMÁ: Es la creación del pensamiento. La comprensión. Es lo que conocemos como espíritu ya que desde aquí manejamos nuestro pensar.

• RUAJ: Es la formación de las emociones. Comúnmente llamado alma, porque aquí se aloja nuestra personalidad que está basada en nuestra emoción y sentir. Se aloja en el corazón.

• NEFESH: Es el accionar del instinto. Es la fuente del deseo egoísta y lo que se debe suprimir. Es lo

  que conocemos como el cuerpo y nuestro principio vital.

Las 2 partes restantes son las que nos conectan con el universo. El famoso hilo de plata.

• JAIÁ: Es la conciencia y el deseo. Es la identificación y el reflejo de nuestro deseos cuando

  empezamos a trabajarlos.

• YEJIDÁ: Es la limitación. Las cualidades universales. La forma en la que conectamos con el cosmos.

Cuando el hilo de plata se corta, es cuando llega la muerte terrenal, esto sucede porque sobrepasamos la limitación y ya no hay deseo, no hay fe en nuestro ser.

El Zohar nos explica que la voluntad se encuentra por encima del pensamiento, es decir, cuando el ser piensa no hace otra cosa que darle forma mental a su deseo. Entendemos entonces, que el pensamiento no es causa sino efecto. Entonces si queremos mejorar nuestra realidad, debemos mejorar nuestro pensamiento. Por ello solemos decir “Dime cómo piensas y te diré cómo vives”, porque nuestra realidad es el reflejo de nuestra mente.

Pero ¿cómo ordenamos nuestros pensamientos?… Para ello, necesitamos de ayuda celestial. Los ángeles manejan una conciencia superior a la nuestra. Son emociones, y no debemos olvidar que nuestro Ruaj es la esencia del alma.

Un momento importante es cuando entramos en estado de ensueño, pues el alma sale del cuerpo sin romper el hilo del plata. Lo que lo contiene es el espíritu, que no es más que el instinto. Esto es un reflejo de supervivencia, un acto para protegerse.
Cuando sale del cuerpo, se eleva, pasando por todos los planos hasta llegar al “Cielo”, por eso, a veces, soñamos con seres fallecidos, Ángeles o tenemos sueños proféticos. Si el alma queda a medio camino, o sea el bajo astral, se presentan las pesadillas.
Si te pasó de estar soñando feo y despertarte de golpe, te cuento que te despertó tu alma. El golpe es el choque del alma incorporándose. Esto se da cuando el espíritu le manda al señal al alma de que algo no está bien, que el cuerpo está en peligro, tensionado o sufriendo, y necesita que tomes el control. También pasa cuando la oscuridad está cerca (entre 2 y 4 AM), los Ángeles suelen despertarnos para evitar una posible posesión o ataque. No es para asustarse, pero sí para estar alerta. Recomendamos leer mínimo 3 salmos antes de dormir, para mejorar la energía del alma y del espacio.

Es importante limpiar y proteger el ambiente, la cama, el cuerpo y el alma para dormir en armonía y tener una buena energía luego de todo el recorrido.

Podés realizar nuestros rituales kabbalísticos para dormir mejor y proteger tu campo energético.