El intercambio energético es un aspecto fundamental en nuestro viaje espiritual, ya que tiene el poder de elevar al Ser o, por el contrario, de sumergirlo en la negatividad. Este fenómeno se manifiesta de diversas maneras, como el mal de ojo, la envidia y otras energías densas que pueden afectar nuestro bienestar. Por ello, es esencial comprender que el Ser Humano cuenta con varias “puertas” energéticas que, si no se protegen adecuadamente, pueden convertirse en vías de entrada para energías no deseadas. A continuación, te contamos cuáles son y cómo protegerlas.
Manos: Las manos son portales sagrados que conectan nuestro ser físico con el alma. A través de la yema de los dedos, interactuamos con el mundo que nos rodea, y cada contacto tiene una resonancia energética. Es crucial ser selectivos sobre a quién y qué tocamos. Existen ocultistas que han optado por vivir con guantes para resguardar este portal, manteniendo así una barrera que evita la transferencia de energías indeseadas. Considera, también, consagrar tus manos antes de realizar cualquier actividad significativa, como trabajar en rituales o ayudar a otros.
Ojos: Los ojos son espejos del alma y, como tales, son un puente hacia lo más profundo de nuestro ser. La conexión visual prolongada con personas que no conocemos energéticamente puede abrir puertas a influencias que no deseamos. En situaciones donde hay una energía densa, como la posesión o la manipulación, es recomendable limitar el contacto visual. Muchas personas optan por usar lentes de sol, para proteger este portal. Además, practicar la visualización de luz blanca alrededor de tus ojos puede ayudar a sellar este espacio sagrado.
Genitales: Este centro energético es una fuente de nuestra vitalidad y energía creativa. Es fundamental conocer el estado energético de la persona con la que compartimos esta conexión, ya que las interacciones en este ámbito pueden llevar a una contaminación del campo energético. A través del chakra sacro, se produce un intercambio de emociones, entidades y, en ocasiones, magia. Por lo tanto, es esencial estar conscientes de las prácticas de purificación, como el uso de salvia, aunque es importante recordar que no siempre será suficiente para eliminar completamente la energía transferida en estas situaciones.
Cintura Baja: Este es otro sector del cuerpo por donde las entidades pueden ingresar. Aunque generalmente está cubierto, es un área que no solemos considerar en términos de protección. Ser consciente de los lugares a los que asistimos y el tipo de rituales o sesiones esotéricas en las que participamos es vital. Establecer límites claros y proteger esta zona mediante la visualización de una esfera de luz puede ayudar a evitar la entrada de entidades no deseadas.
Fontanela: Este punto, ubicado en la parte superior de la cabeza, es crucial, ya que es donde la Energía Divina se une con nuestra energía personal. Por esta razón, se aconseja cubrir la cabeza de los bebés, protegiendo así su conexión divina y evitando interferencias en su alma recién llegada. Los practicantes a menudo utilizamos elementos para cubrir la cabeza todo el tiempo o durante oraciones y rituales, para mantener la energía protegida de pensamientos negativos, tanto internos como externos. También recibimos bendiciones a través de esta área, por lo que es vital evitar que personas desconocidas toquen este punto, ya que podría alterar nuestro campo energético.
Cuidar de nuestras puertas energéticas es esencial para mantener un estado de equilibrio y bienestar. Al ser conscientes de cómo se produce el intercambio energético, podemos protegernos mejor y elevar nuestra vibración, permitiendo que fluyan hacia nosotros solo las energías que fomentan nuestro crecimiento espiritual y nuestro bienestar integral. La energía que atraemos y compartimos define nuestra experiencia en este plano, así que mantengámonos alertas y en sintonía con lo que realmente merecemos.