La alquimia es la raíz de la química, ya que esta ciencia junto con la magia, eran utilizadas para transformar los metales en oro. La alquimia siempre fue y es el poder supremo al que una persona tiene acceso, puesto que unifica las más complejas disciplinas para entender al Ser y al Universo, como ser la filosofía, la kabbalah, la astronomía y el esoterismo.
Con el paso del tiempo, se fue comprendiendo que la alquimia puede manifestarse de dos formas. La práctica, que es la creación de pociones, hechizos, talismanes, rituales, etc. Y la teórica, que es el poder de la transformación energética con la magia personal. Es decir, si una persona modifica su realidad con su propia energía, ya sea el deseo, la fe, los pensamientos, etc, decimos que es alquimista.
En Reffiel trabajamos con la alquimia para transformar la realidad, ya sea con velas, rezos, productos, etc. Ésta práctica la complementamos con la Kabbalah. No transformamos los metales en oro, transformamos la vida de la gente. Les enseñamos que la magia blanca existe, y que si es bien utilizada podemos sacar mucho provecho para conseguir la calidad de vida que deseamos. Con la Kabbalah nos ocupamos de merecer buenas cosas, y con la alquimia de manifestarlas.
Cuando hablamos de magia en general, hablamos de energías que logran manifestar un cometido. Si el mismo es bueno, la magia será blanca. La raíz siempre debe ser un buen propósito, uno que no perjudique a nadie. La diferencia, entre la alquimia blanca y la alquimia negra, es su duración en el tiempo y sus consecuencias. La oscuridad no perdura por siempre y trae males, mientras que la luz es eterna y los beneficios son incontables. La alquimia práctica es la kabbalah ritualista.