La cartomancia es mucho más que un simple arte de interpretación; es una llave que abre puertas a lo oculto, una conexión profunda con las fuerzas espirituales que nos rodean. El Tarot, compuesto por 78 cartas, se divide en dos grandes corrientes de energía: los 22 Arcanos Mayores y los 56 Arcanos Menores. Los Arcanos Mayores son los pilares de toda lectura, representando las energías primordiales y arquetípicas que influyen en cada situación. Son como los motores invisibles que guían los eventos hacia su desenlace. En cambio, los Arcanos Menores son los matices y detalles, las energías más sutiles que dan forma a lo cotidiano y a las circunstancias específicas.
Existen distintas formas de aproximarse a una tirada de Tarot. Hay quienes prefieren trabajar solo con los Arcanos Mayores, especialmente si cuentan con un don de videncia. En este caso, la percepción extrasensorial permite captar esos detalles que los Arcanos Menores podrían proporcionar. También hay quienes sienten una afinidad particular por los Arcanos Menores y canalizan las energías más profundas de la consulta a través de ellos. Ambas formas son válidas, y lo fundamental es usar esta herramienta con responsabilidad y respeto hacia las energías involucradas.
Los Arcanos Mayores se organizan en dos grupos que reflejan la dualidad del ser humano, del 0 al 10, se enfocan en la energía interna, el alma, el viaje espiritual, y del 11 al 21, representan las influencias externas, las pruebas mentales y emocionales que nos desafían en el mundo material. Así, el Tarot nos guía tanto hacia la comprensión de nuestro ser interno como hacia la integración de esa sabiduría en el mundo físico.
Es importante resaltar que la cartomancia es una herramienta para la autoexploración y la toma de conciencia. Cada carta es un reflejo de las diferentes facetas de la vida, y su correcta interpretación abre una ventana hacia el alma, permitiendo no solo entender las situaciones presentes, sino también vislumbrar los caminos potenciales hacia el futuro. Usado con el enfoque adecuado, el Tarot puede ser una luz en el sendero, revelando aquello que nuestros ojos no logran ver, pero que nuestra intuición siempre ha conocido.
INTERIOR
El Loco: Ideas. Diversión. El Mago: Actividad. Inteligencia. La Sacerdotisa: Intuición. Sabiduría. La Emperatriz: Materialización. Imaginación. El Emperador: Orden. Estabilidad. El Hierofante: Espiritualidad. Fe. Los Amantes: Amor. Decisión. El Carro: Voluntad. Avance. La Fuerza: Dominio. Fortaleza. El Ermitaño: Soledad. Introspección. La Rueda: Cambios. Expansión.
EXTERIOR
La Justicia: Equidad. Equilibrio. El Colgado: Abnegación. Sacrificio. La Muerte: Transformación. Renovación. La Templanza: Optimismo. Adaptación. El Diablo: Violencia. Limitación. La Torre: Accidente. Destrucción. La Estrella: Esperanza. Suerte. La Luna: Mentiras. Misterio. El Sol: Bienestar. Unión. El Juicio: Popularidad. Comprensión. El Mundo: Éxito. Materialización.