Las festividades judías están llenas de simbolismo y profundidad espiritual. Aquí te contamos sobre aquellas que nosotras respetamos, las cuales están mencionadas directamente en la Torá. Existen otras celebraciones que fueron establecidas posteriormente por la religión, pero estas no forman parte de nuestras prácticas.
PESAJ: Esta festividad conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto. Durante Pésaj, está prohibido consumir alimentos que contengan cereales fermentados (jametz), lo que recuerda que los israelitas salieron de Egipto con tanta urgencia que no tuvieron tiempo de dejar que el pan leudara. En lugar de pan fermentado, se consume matzá (pan sin levadura), símbolo de humildad y simplicidad. Pésaj también marca el comienzo del conteo del Omer, una cuenta de 49 días que conecta Pésaj con la siguiente festividad, Shavuot.
SHAVUOT: Siete semanas después de Pésaj, celebramos Shavuot, que conmemora la entrega de la Torá en el Monte Sinaí. En términos agrícolas, Shavuot marcaba el final de la cosecha de cebada y el inicio de la cosecha de trigo. Es una festividad en la que se estudia la Torá toda la noche en lo que se conoce como Tikkun Leil Shavuot. Además, se acostumbra a leer el libro de Rut, una historia que refleja la importancia de la conversión, la lealtad y la redención.
ROSH HASHANÁ: Es el Año Nuevo judío, pero más que una simple celebración de comienzo de ciclo, Rosh Hashaná es un día de juicio divino. D’s evalúa a cada ser y decide el destino para el próximo año. Este día marca el aniversario de la creación de Adam y Java (Adán y Eva) o de su expulsión del Gan Edén (para algunos rabinos). Durante los dos días de Rosh Hashaná, además de la celebración, se toca el shofar, un cuerno de carnero que nos llama al arrepentimiento y a la reflexión.
IOM KIPUR: Diez días después de Rosh Hashaná, celebramos Yom Kipur, el Día de la Expiación. Este es el día más solemne del calendario, dedicado al arrepentimiento y la reflexión espiritual. Durante 25 horas, ayunamos completamente y nos dedicamos a la introspección, pidiendo perdón a D’s y a nuestros semejantes. Yom Kipur es el día en que D’s sella el juicio que comenzó en Rosh Hashaná. Se cree que hay tres libros divinos: el Libro de la Vida, el Libro de la Muerte y el Libro de la Incertidumbre, donde se inscriben los nombres de las personas dependiendo de su conducta durante los Días Terribles, entre Rosh Hashaná y Yom Kipur.
SUCOT: Esta festividad, también conocida como la Fiesta de las Cabañas, se celebra durante siete días y conmemora los 40 años que los israelitas vagaron por el desierto después de salir de Egipto. Durante Sucot, se construyen cabañas temporales llamadas sucot para recordar la fragilidad y dependencia de D’s durante esa época. Se come y, si es posible, se duerme en la sucá como parte de la celebración. También se realiza el ritual de las *cuatro especies* (etrog, lulav, hadás y aravá), que simbolizan la unidad y diversidad del pueblo judío.
Todas estas festividades son de suma importancia, pero Yom Kipur es la más trascendental, ya que es cuando se sella el destino del ser según el juicio divino iniciado en Rosh Hashaná. En esta ocasión solemos desearnos “¡Leshaná tová tikatev vetejatem!”, que significa “Que seas inscripto y sellado para un buen año”, reflejando nuestro deseo de que seamos inscritos en el Libro de la Vida para el año venidero.
A través de estas celebraciones, se mantiene una conexión profunda con la historia, la espiritualidad y la fe, un recordatorio constante de nuestra relación con D’s y el ciclo eterno de renovación, arrepentimiento y crecimiento.